A pesar de las numerosas declaraciones de doctores afirmando que las «dietas rápidas» o «dietas milagro» no son la solución al sobrepeso y la obesidad, muchas personas siguen confiando en este tipo de regímenes con la esperanza de alcanzar el peso ideal.
Estas dietas basadas en la restricción de ciertos grupos de alimentos, en la reducción extrema de calorías o bien en una alimentación basada en productos diuréticos, solo consiguen una pérdida de peso rápida pero no duradera ni saludable.
Por lo general cuando hacemos una «dieta milagro» al poco tiempo ya hemos recuperado esa pérdida de peso y, en muchos casos, se ha ganado algo más. Este tipo de dietas no aportan los nutrientes que el organismo necesita y hacerlas de forma repetida puede tener consecuencias negativas para la salud.
¿Cuál es la solución cuando tenemos que perder peso?
Según los especialistas no hay fórmulas milagrosas para llegar a un peso adecuado. La receta es bien sencilla: la combinación de ejercicio de forma regular y una dieta equilibrada en la que se incluyan todos los grupos de alimentos.
Además se deben seguir unas pequeñas pautas basadas en el sentido común como elegir los alimentos menos grasos y obviar de la dieta los productos y bebidas con azúcares refinados. Solo de esta forma se podrá lograr una pérdida de peso gradual, saludable y en la que se prevengan enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Se debe destacar que hay pacientes que necesitan una ayuda extra para lograr su objetivo con la báscula. Por lo general son personas que han hecho muchísimas dietas y regímenes con los que han fracasado, se encuentran cansados y están a punto de tirar la toalla. Estos pacientes son los que deben recurrir a las técnicas de pérdida de peso mediante endoscopia (por vía oral).
Técnicas como el balón intragástrico o el Método Apollo permiten que estas personas pierdan hasta un 200 por ciento más de peso que con una dieta tradicional. El conseguir perder peso y el cambio físico que ello conlleva, permite que estos pacientes recuperen la fe y sientan que pueden lograr su objetivo. Con estas técnicas no sólo se consigue que el paciente pierda peso, también se logra que recupere su autoestima, logre unos hábitos de vida saludables y en general sea más activo y feliz.