La obesidad, al igual que el tabaquismo, constituye la actualidad un grave problema de la salud pública. Se estima que en España, el 14,5% de la población es obesa (y hasta el 50% tienen sobrepeso), y un 31% de los españoles son fumadores. Ambos problemas de salud están directamente relacionados, ya que potencian los efectos perjudiciales metabólicos, respiratorios, locomotores y cardiocirculatorios que tiene por separado. Y, por otro lado, engordar es la mayor preocupación de los que se proponen dejar de fumar.

De hecho, según una encuesta realizada por el club de la Farmacia entre 220 farmacéuticos de toda España, el 64% de los fumadores, el miedo a engordar es la mayor preocupación, seguido de los efectos de su adicción a la nicotina (25,86%) y del precio del tratamiento para dejar de fumar (6,89%).

El 60% de los obesos que llave un balón intragástrico es fumador. Son datos de la Unidad de Tratamiento Endoscópico de la Obesidad del Hospital Universitario Madrid Montepríncipe. El BIG es una técnica indicada para ayudar a perder peso a las personas con obesidad (índice de masa corporal por encima de 30), o lo que en un adulto normal puede suponer a partir de 15-20 kilos de sobre peso. Normalmente son pacientes que ya han intentado antes diferentes métodos para adelgazar, tanto dietéticos como farmacéuticos. El BIG o balón intragástrico es un dispositivo que se introduce en el estómago sin cirugía, a través de endoscopia digestiva, que sirve como coadyuvante a una dieta hipocalórica y a un programa de modificación de la conducta en la ingesta de alimentos. Supone un tratamiento idóneo para ayudar a aquellos pacientes con dificultad para ayudar adherirse a cumplir una dieta hipocalórica equilibrada, con o sin medicación coadyuvante. Por otro lado, es útil en pacientes con obesidades superiores (obesidad mórbida y súper-obesidad) con índices de masa corporal superiores a 40, dentro de un contexto en el que no se descartan la cirugía restrictiva con banda gástrica ajustable o las cirugías malabsortivas. Hay que tener en cuenta – según el doctor López-Nava, responsable de la Unidad- que el 60% de los fumadores gana peso al dejar de fumar. Mientras somos adictos a la nicotina, ésta quema aproximadamente unas 300 calorías sin hacer el mínimo esfuerzo, debido a que aumenta la velocidad del metabolismo basal y además controla el apetito-ansiedad. Los efectos sistémicos de la nicotina, que aceleran el metabolismo basal, son los responsables, al desaparecer ésta, de un 30% de ganancia de peso.