La implantación del balón intragástrico en el estómago de pacientes con problemas de obesidad se empezó a realizar en nuestro país a finales de los años ochenta, pero esta técnica se ha consolidado hace cuatro años. El doctor López-Nava, director de la Unidad de tratamiento Endoscópico de la Obesidad del Hospital Universitario Madrid Montepríncipe es el especialista español que más intervenciones ha realizado: ha implantado unos 600 balones con éxito, ya que no ha habido rechazo en ningún caso. Responde a nuestras preguntas y nos explica las ventajas frente a la cirugía.
-¿Cómo se implanta y en qué consiste?
-El balón intragástrico es un dispositivo que se implanta en el estómago mediante una sonda y que, una vez en el interior, se hincha y estimula los receptores que detectan si el estómago está lleno o vacío y provoca una sensación de «estar lleno» (mecanismo de saciedad precoz). Al ocupar parte del estómago, no deja lugar a que se

El balón se implanta en el estómago por sonda, no precisa de anestesia y la intervención dura 25 minutos. Desde el primer día se hace vida normal. Se quita a los siete meses

ingiera mucha comida, pero es fundamental seguir una dieta hipocalórica, que es la que de verdad consigue que se adelgace; el balón lo que hace es ayudar a «restar» las ganas de comer. También es necesario un seguimiento endocrinológico y el apoyo de un psicólogo y de un especialista en aparato digestivo.
-¿Para quién está indicado el balón intragástrico?
-Para cualquier paciente con obesidad: es decir, para aquellos que su índice de masa corporal (el peso partido por la talla al cuadrado) supere 30. Y, por supuesto, en casos de obesidad mórbida, porque en estos casos extremos a veces se realiza como método prev io a la cirugía. Es una técnica perfecta para perder entre 20 y 25 kilos, pero se puede aplicar desde 12 kilos de sobrepeso. A los siete meses hay que quitarlo y, si es necesario, se puede implantar otro inmediatamente.
-¿Qué tipo de anestesia se aplica? ¿Tiene efectos secundarios?
-Se realiza una sedación intravenosa que se requiere (no se requiere anestesia general) vigilado por un anestesista. La intervención -previamente se ha hecho una gastroscopia- dura entre 25 y 30 minutos y a la hora y media el paciente se puede ir a casa. Al día siguiente, y durante tres, se tienen molestias lógicas (nauseas, espasmos), ya que el estómago reacciona ante un cuerpo extraño. Pero desde el primer día se hace vida normal, incluso acudir al gimnasio.
-¿Y qué ocurre si se rompe el balón en el estómago?
-No nos ha ocurrido, pero por ese motivo se marca el balón con un líquido azul, que es el que avisa de la rotura, a través de la orina. Se quita inmediatamente y no reviste gravedad.