No solo somos lo que comemos, sino que debemos resaltar que también somos el modo en que comemos.
Vivimos de forma acelerada y rodeados de presión por el trabajo y el exceso de responsabilidades, lo cual no pone fácil que podamos comer de forma sana, haciendo que comamos de una forma apresurada. Por eso es importante pararnos a reflexionar el tipo de relación que estamos llevando con nuestra alimentación.
Comer de forma consciente, con atención plena, entrena a nuestro cerebro a eliminar la impulsividad, pudieron saborear los alimentos, escuchando a nuestro estómago y todas aquellas señales internas que nos avisan de la saciedad o el hambre. De esta forma, involucraremos no solo a nuestro cuerpo, sino también a nuestro cerebro.
Cuando comemos de forma desconectada, con el piloto automático encendido, todos nuestros sensores internos están apagados y la experiencia es totalmente diferente. Vaciamos el plato sin pensar, sin darnos cuenta del proceso. Esto ya nos pobre sobre aviso de que algo no funciona correctamente.
Pero ¿cómo podemos empezar a comer de forma consciente? Muy fácil. Atento a los siguientes consejos:
- Activa tus sentidos. Elige los alimentos, presta atención a la preparación y hazlo con cariño.
- ¿Tu hambre es física o emocional? Aprende a diferenciarla para poder actuar. Primero analiza cuál es tu estado emocional para no proyectarlo en el plato. Enfado, cansancio, frustración, tristeza…
- Solo come. No enciendas la televisión ni restes atención al correo electrónico. Céntrate en lo que estás comiendo, en saborearlo, en disfrutar y desconectar.
- Presta atención a tu cuerpo. Focaliza tu atención en las señales internas de hambre y saciedad. Da espacio para que se suavicen y desaparezcan. Y recuerda que tener ganas de comer, no siempre tiene que implicar comer.
- Sé reflexivo y no impulsivo. Debes decidir si te lo vas a acabar o si debes tirarlo. Trata con amabilidad a tus voces internes y déjate de luchas. Solo busca el bien para ti mismo.
- Si no sigues comiendo, el deseo ha desaparecido. Cuando necesitamos hacer una pausa, o nos distraemos con facilidad es que el cuerpo ya se ha saciado y no necesita ingerir más alimento. No le des más de lo que realmente necesita.
- Si sigues comiendo, que sea de forma consciente. Respira, huele los alimentos, sienta la textura, la forma y el sabor. La comida debe ser disfrutada de forma calmada. Si hay impulso, tal vez no siempre sea un hambre física.
- Aléjate del piloto automático. Siente cómo es vivir sin rapidez, simplemente disfrutando de lo que se está haciendo aquí y ahora.
- Lectura recomendada. Saborear: mindfulness para comer y vivir bien (2011). Thich Nhat Hanh.
Desde Obesidad López-Nava y desde su departamento de psicología, te animamos a que aprendas a comer de forma consciente, sin juzgar tus alimentos, mejorando tu relación con la alimentación y contigo mismo.